07 Oct No puedo volver
Al final del confinamiento se pone en contacto conmigo Pilar, médica de profesión, debido a que tiene que volver a incorporarse a su planta en el hospital y no sabe ni puede manejar el miedo que la atenaza. Durante el mes de marzo tuvo que estar al pie del cañón contra el coronavirus. Con toda la incertidumbre que conllevaba. Y además, se contagió. Durante las dos semanas que estuvo en cuarentena en casa me dice que estuvo prácticamente todo el tiempo sumida en la desesperación y con un miedo atroz a morir. Y como suele ocurrir en estas situaciones, el miedo a que le ocurra algo malo no sólo se cierne a ella, sino también a sus seres más cercanos. El miedo se convierte paulatinamente en casi una certeza de que algo catastrófico le va a ocurrir. Y no hay mañana que no se levante con este presentimiento. Ya no es la misma. Ya no es la de antes. No puede disfrutar de nada. Sus hijos y marido no la reconocen. Y el hecho de que en una semana se tiene que volver a incorporar la paraliza aún más.
El miedo es lo que más miedo me da
Al tener poco tiempo, decidimos que desde el principio tenemos que comenzar a saturar dicho miedo. Para ello utilizamos la técnica de la Peor fantasía. Técnica que consiste en sumergirse de manera voluntaria durante 30 minutos y de modo muy metódico en tus peores miedos con el objetivo de saturarlos. Y eso es lo que ocurre durante esta primera semana, como sabemos por miles de casos en 40 años. Además, Pilar me comenta algo sorprendida que algún día al final de los 30 minutos la mente se le iba hacia otros pensamientos, por más que se esforzara en llamar al miedo. Le explico felicitándola que eso es lo que debía ocurrir ya que el miedo funciona a través de una lógica paradójica y por lo tanto, llega un momento, que cuanto más lo buscas menos aparece. Además, a la pregunta de si durante el día ese miedo que estaba presente antes también ha ido desapareciendo ella me dice que también ha sido así. Cuando concentramos el miedo en un espacio y tiempo prefijados el resto del día comienza a verse libre de él. La lógica de la contradicción hace su efecto aquí.
Además, paralelamente, tenemos que introducir también desde el primer momento las Profecías catastróficas con el fin de deconstruir la creencia rígida y disfuncional que se ha generado y que la tiene en vilo constantemente. A través de esta técnica, conseguimos que Pilar día tras día vaya descubriendo que todo aquello malo que presentía que podía ocurrir en realidad nunca llega a producirse. Y de ese modo, tanto sus percepciones como sus creencias se van calibrando poco a poco, ajustándose a las circunstancias que está atravesando. Con la consiguiente disminución de la angustia que la acompañaba todos los días.
Construir para crecer
Así, tras esta primera semana toca volver a incorporarse al hospital y para ello seguimos manteniendo las mismas prescripciones. Me comenta como poco a poco el miedo está menos presente tanto durante el día como dentro de los 30 minutos de peores fantasías. Y que los presentimientos asociados a volver a trabajar van perdiendo fuerza. Todavía no ha encontrado nada que haya ocurrido que confirme sus peores presagios. Así, poco a poco, con las precauciones y prudencias necesarias, va recuperando sus antiguas dinámicas y cada vez se encuentra mejor, siente que vuelve a ser la de antes. Y es en este momento, cuando se introducen la técnica del Como si, basada en la lógica de la creencia o simulación, con el fin de implantar y mantener todas las actitudes y conductas que ella desea que le acompañen a partir de ahora.
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